25/04/2024
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Reabrió la Biblioteca Miguel Cané de Boedo, donde trabajó Borges

Hay un nuevo lugar dedicado a la literatura infantil en la planta baja. Tiene cinco salas en el primer piso dedicadas a las distintas facetas del autor más importante de la literatura nacional.
El jueves 8 de noviembre se reinauguró la Biblioteca Miguel Cané (Carlos Calvo 4319, Boedo). También se inauguró el flamante Espacio Borges, porque el escritor trabajó allí catalogando libros. El lugar tiene fotos cedidas por los fotógrafos Sara Facio y Eduardo Grossman. En total, hay 27.841 volúmenes que se registran en papel y en formato electrónico.
Además de un nuevo lugar dedicado a la literatura infantil en la planta baja, la biblioteca cuenta ahora con cinco salas en el primer piso dedicadas a las distintas facetas del autor más importante de la literatura nacional: la sala de Borges autor, la de Borges lector, diseñada por Iván Moiseeff, una línea de tiempo en la que se ilustra su biografía, una sala audiovisual donde se proyectan entrevistas, y el estudio en el cual se recluía a leer y trabajar en sus textos, durante la época en que trabajaba allí como bibliotecario, explican fuentes del Gobierno porteño.
En el acto, el director de Bibliotecas de la Ciudad de Buenos Aires, Javier Martínez, dijo que además de ampliar los espacios de lectura, se incorporaron nuevas lógicas de acceso a la información en general, así como mesas de trabajo compartido que se combinan con los muebles originales de la biblioteca.
El Ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Enrique Avogadro, dijo: “El Espacio Borges habla de cómo el patrimonio físico está también imbricado por el patrimonio inmaterial, y de la importancia de pensarlo como algo que está vivo, que efectivamente nos conecta y nos permite proyectarnos a futuro”.
María Kodama, quien preside la Fundación internacional Jorge Borges y tuvo la gentileza de ceder algunas de las fotos que se exhiben en la exposición permanente del espacio, contó que este fue el lugar donde Borges escribió “Las ruinas circulares”, y que en una entrevista que le hizo Victoria Ocampo, él confesó que nunca más volvió a escribir nada con la intensidad con la que escribió ese cuento en la terraza de la Biblioteca. Kodama animó a los lectores a no intentar “entender” a Borges en una primera aproximación, ya que lo intelectual es una segunda capa, por debajo del sentir.
La Biblioteca Miguel Cané fue fundada por la que luego sería la Dirección General de Bibliotecas Municipales. Abrió el 11 de noviembre de 1927. Se emplazó primero en la avenida Independencia 3899. Por la afluencia de público, hubo que buscar un edificio más amplio. Se encontró en Carlos Calvo 4319.
En la planta baja se instalaron el salón principal de lectura, el de actos públicos, la hemeroteca y la oficina de informes. En la planta alta, la sala de investigaciones, el depósito de libros, la biblioteca circulante, la Dirección y administración del establecimiento. En el subsuelo se habilitó la biblioteca infantil, detallan fuentes oficiales.
El sitio OyeBorges reproduce dichos del historiador Arnaldo I. Miranda: “La Biblioteca Municipal «Miguel Cané» es un orgullo cultural del Barrio de Boedo (Primer Congreso de Historia del Barrio de Boedo, t.1, JEHBB, Bs.As., 1997), el lugar tenía pupitres individuales, cuyos modelos fueron tomados de los existentes en la Biblioteca Nacional de Amberes: los experimentos realizados para la sala de lectura de la Biblioteca de Michigan-Estados Unidos de Norteamérica-sirvieron de base para la instalación de luz localizada para cada lector respecto de los ficheros. Eran éstos únicos en su género pues permitían hallar la pieza bibliográfica deseada por cinco mecanismos distintos. Esta casa, modelo en Sudamérica, era la biblioteca más concurrida de Buenos Aires, llegando a atender diariamente un promedio de setecientos lectores».
En 1937 Borges consigue por recomendación de Francisco Luis Benárdez un empleo en la biblioteca municipal Miguel Cané donde catalogó libros hasta 1946. En sus ratos libres leía y escribía sus primeros cuentos.
“Una historia simpática que recuerda Miguel de Torre Borges, sobrino del escritor, lo sitúa en la biblioteca de Boedo. Cierto día, un compañero del trabajo, «el Rufián» Bogdano, encontró en un Apéndice de 1931 de la Espasa, una pequeña nota sobre un tal Jorge Luis Borges. Esa entrada presentaba una foto -con moñito y bigotes- y el texto: «Poeta y literato argentino, nacido en Buenos Aires en 1899». Bogdano comentó la graciosa coincidencia de que existiera un mismo nombre para dos personas, sin percatarse de que eran la misma. Borges aclaró el asunto, pero no le creyeron”, agrega el portal citado.
En la biblioteca se fundó, en 1953, la primera Biblioteca Municipal para Ciegos, por Decreto Nº 796/53. Ese proyecto se fundamentó en la convicción de que las bibliotecas municipales debían satisfacer demandas de todos los sectores de la población.
Muchos escritores de prestigio internacional disertaron y visitaron la biblioteca. Es el caso del escritor y periodista mexicano Juan Villoro, del escritor peruano ganador del premio Nobel Mario Vargas Llosa y del escritor chileno Jorge Edwards, entre otros.

Juan Castro

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