POR CECILIA STEPSYS
Cartas de amor entre grandes personajes, amores que algunos se concretaron y otros que dicen ser platónicos pero nosotros no estuvimos ahí para saberlo, ni tampoco salieron a la luz por sus protagonistas.
ENVIOS DE UNA APASIONADA TRAGEDIA:
De las relaciones más ambiguas surgen extrañas cartas de amor apasionado que a veces concluyen en tragedia.
Como el caso de Luis de Baviera y el compositor Richard Wagner, cuya correspondencia parece sugerir un prohibido y secreto idilio de tintes platónicos. Durante una época, se veían a diario en un salón con vistas al lago Starnberg mirándose el uno en los ojos del otro o tocando al piano algunas piezas del compositor. En aquella época, Luis II de Baviera escribió a Wagner una encendida misiva: “Necesito deciros que me es totalmente imposible vivir por mas tiempo separado de quien lo es todo para mi. No lo soporto. El destino nos ha creado al uno para el otro; si vivo, es por el. Cada día lo veo más claramente. Pero el no puede estar a mi lado…”
La muerte de Wagner desespero a Luis II. El 10 de junio de 1886 el príncipe Leopoldo tomo la regencia del reino, apartando a Luis II de las labores de gobierno. Su familia pensó que su enfermedad mental lo hacia indigno del trono y lo recluyeron en el castillo de Berg.Tres días después murió ahogado en el lago Starnberg. La corte afirmo que se había suicidado.
La misma pasión se trasluce en el correo entre Oscar Wilde y lord Alfred Douglas.”Querido muchacho mío. Tu soneto es completamente adorable y es una maravilla que esos labios pétalo de rosa que tienes hayan sido creados no tanto para el canto musical como para la locura de besarse”, escribe Wilde a su amado. Casi tan encendidas como las cartas de amor que envió Frida Kahlo a su marido, el pintor Diego Rivera: “Mi Diego, espejo de la noche. Tus ojos espadas verdes dentro de mi carne, ondas entre nuestras manos(…)Tu palabra recorre el espacio y llega a mis células que son mis astros y va a las tuyas que son mi luz”.
ARTE AMATORIO POR ESCRITO:
Menos ardiente, aunque muy romántico, fue el idilio entre la escritora George Sand y el músico Frederic Chopin. “No nos veremos todos los días, no poseeremos todos los días el fuego sagrado, pero habrá días hermosos y llamas sagradas”, escribe Sand a su amado Chopin. Pero para subidas de tono, las misivas eróticas que enviaba el escritor James Joyce a su esposa Nora: “Puedo pasar todo el día puteando mientras miro la divina palabra que escribiste, y las cosas que dices quisieras hacer con tu lengua. Desearía poder oír tus labios murmurando esas celestiales y excitantes palabras sucias, ver tu boca haciendo ruidos y sonidos sucios, sentir tu cuerpo culebreando debajo del mío”.
En algunos casos, una simple carta de amor puede provocar un drama de grandes proporciones. Eso fue lo que le ocurrió a la joven e inteligente Alma Mahler, que se caso en 1902 con el compositor y director de orquesta Gustav Mahler, 20 años mayor que ella. En 1910 se enamoro perdidamente del arquitecto Walter Groupis, que años más tarde fundaría la Bauhaus. Mahler descubrió aquella infidelidad a través de una carta extraviada de amor que Groupis había enviado a Alma, El efecto fue devastador para el compositor, que recurrió a Sigmund Freud parapsicoaalizarse. Meses después, Mahler murió. Acababa de finalizar la Sinfonía Numero 10, en la que plasmo su fatídico estado emocional
Bibliografía respaldatoria: amorencarta.com.ar.Biografia de Federico Chopin, varios autores.
